La emisión de biofotones (BPE) es un
acontecimiento cuántico caracterizado por una emisión relativamente estable
pero ultradébil de fotones por organismos vivos. Los biofotones han sido
denominados “la luz de las células”. Son emitidos por los organismos vivos para
comunicarse entre sí. El Dr. Fritz-Albert Popp demostró que los biofotones son
portadores de información y mensajes capaces de modificar la actividad de la
materia. Organismos vivos, incluidas las células, se comunican a
través de campos electromagnéticos, emitiendo fotones que son captados por el
resto.
De esta manera, gracias a la
comunicación celular, se activan las órdenes para formar los órganos. También
se descubrió que los biofotones son portadores de información con capacidad de
transmitirse a distancia entre dos o más células. Su emisión se ha asociado con
procesos biológicos de alta energía tales como el metabolismo de las células, el crecimiento, la actividad neuronal, la fagocitosis, el cáncer y el estrés oxidativo. Se ha sugerido que la emisión de biofotones puede
reflejar el estado global de la salud del organismo. Si los cambios en la emisión
de biofotones ocurrieran como resultado de intervenciones, su análisis podría
resultar útil para el monitoreo de la respuesta del paciente a un tratamiento
específico y cambios globales en su estado de salud. El desarrollo de las
nuevas tecnologías de conteo de fotones a principios la década de los años 60
ha proporcionado las herramientas para demostrar la existencia ubicua de una
luminiscencia de bajo nivel en todos los organismos vivos. La investigación
inicial se llevo a cabo en la URSS en la década de los 70, pero la
existencia de esta emisión fotónica por organismos vivos fue confirmada por
equipos de investigación de Australia, Polonia, Japón y EEUU. Las emisiones son
del orden de 104 fotones/cm2 por
segundo y se han observado en bacterias, levaduras, animales enteros y plantas,
así como en cultivos celulares y homogenatos de tejidos. También se nota una
diferencia de emisión significativa entre las células normales y las tumorales
y un aumento importante de la emisión en el momento de la muerte celular.
En el artículo
“Enhancement of biophoton emission of prostate cáncer cells by Ag nanoparticles” se demuestra que el efecto de agregar nanopartículas de plata en
el tejido humano, aumenta considerablemente la emisión de biofotones, tal vez
como consecuencia de un efecto de resonancia plasmónica superficial localizada.
Además en el artículo “New Generation Cadmium-Free Quantum Dots for Biophotonics and Nanomedicine” se utilizan puntos cuánticos en la obtención de
un rendimiento más elevado para su utilización en aplicaciones
biofotónicas. Las nanopartículas tales como los plasmones y los puntos cuánticos permiten potenciar la emisión
ultradébil de fotones por organismos vivos para su utilización en nanomedicina.
Me gustaría proponer que se utilizaran nano fotones, similares a los que emiten las luciérnagas, para ser mezclados con plásticos rescatados de los ríos, mares, desagües y de donde se los encuentre estorbando, para devolverlos a su estado natural de hidrocarburos y poder obtener también los desechos de material asfáltico de las compañías petroleras para que unidos todos éstos, se puedan realizar carreteras, calles, caminos, plataformas aeronáuticas, techos, o hasta paneles de paredes premoldeados, que cumplan la función de ser reservorios de la energía solar, la cual sirva como fuente de energía para que las luminarias del mundo no utilicen la luz electrica que cuesta tanto producirla. También, el tener estas particularidades, podrían los caminos, retroalimentarse además de la energía por fricción que reciben del rozamiento de las ruedas de los automóviles, y transeúntes, bicicletas, etc. Puedo ampliar más contenido, pero aquí algo creo que puede servir para ir pensando. Es todo ganancia y ayuda muchísimo al medio ambiente. Saludos
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