La posibilidad de bajar el consumo de combustible fósil está
en riesgo si no se establecen parámetros para garantizar una minería
sustentable. La cantidad necesaria de cobalto, cobre, litio, cadmio, selenio y elementos
de tierras raras, entre otros, necesarios para los paneles solares, baterías,
motores de vehículos eléctricos, turbinas eólicas y celdas de combustible,
crecerá exponencialmente en los próximos años ante la necesidad de obtener y
utilizar energía no contaminante.
El hecho se
agrava debido a que el consumo diario de petróleo a nivel mundial sigue
aumentando. Datos de la OPEP (Organización
de Países Exportadores de Petróleo) indican un crecimiento del consumo
global de petróleo para el año 2020 de un 1,14%, hasta los 101,01 millones de
barriles diarios, superando así por primera vez la barrera de los 100 millones
(99,87 en el año 2019). En
tal contexto la existencia mundial de
vehículos eléctricos debería pasar de 1,2 millones a 965 millones a más tardar
en el año 2050 y la minería debería generar, entre los años 2015 y 2060, aumentos en la producción de materiales de 87.000%
para baterías, de 1000% para energía eólica y de 3000% para células solares y
fotovoltaicas. Los conflictos sociales y ambientales inherentes a la minería vislumbran
la posibilidad real de que la escasez de los metales necesarios pueda frenar el
avance hacia las energías no contaminantes. La extracción minera actual puede
ser sucia, peligrosa y dañina para el ambiente. Sus impactos alarman
legítimamente a muchos activistas ambientales no dispuestos a pagar ese precio
para salvaguardar un futuro con bajo en carbono. Al intentar cambiar el
panorama energético global, se aumenta la necesidad de explotación intensiva de
yacimientos para la obtención de minerales y metales en forma segura y sostenible.
Resumiendo, disminuir la utilización del combustible fósil para frenar el
cambio climático, implica aumentar drásticamente la producción minera asociada
también a múltiples problemas ambientales y con escasa aprobación de la
población mundial. Una solución sería utilizar las nuevas tecnologías para
avanzar hacia una minería sustentable disminuyendo su impacto ambiental. De
todos modos estamos en un laberinto dónde la solución posible implica cambiar una problemática por otra. Tal
vez la única solución racional sea disminuir el exagerado consumo energético,
tratar de pasar de una sociedad donde se privilegia el consumismo a una dónde
se le de prioridad a la vida.
Información complementaria:
Una oportuna reflexión por la sensibilidad del asunto para regiones como #chubut #argentina entre otras claro, en las que el deabtre minero está atravesado por la tendencia más general que bien ha señalado en su artículo, las urgencias financieras de estados provinciales que pretenden legislar sobnre la actividad, evidencias de estado capturado al servicio de intereses parciales y la ignorancia sobre las implicaciones del caso. Muchas gracias por la invitación a pensar.
ResponderEliminarGracias Jorge por el comentario.
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