Uno de los primeros
cultivos modificados genéticamente para beneficiar a los consumidores por sobre
los agricultores puede entrar a la
brevedad en el mercado. El aceite de soja se vuelve rancio con relativa
rapidez, limitando la vida útil de los alimentos y requiriendo en los restaurantes el cambio
del "aceite de freír" con frecuencia. Para hacer que dure más tiempo y también se
solidifique para su uso en productos horneados, el aceite puede ser tratado con
hidrógeno gaseoso, pero en ese proceso de hidrogenación parcial también se
producen grasas trans que obstruyen las
arterias. Biotecnólogos innovadores de Monsanto y DuPont Pioneer han manipulado los genes de
la soja alterando radicalmente la composición de su aceite para hacerlo más
duradero, potencialmente más saludable y libre de grasas trans. Tanto la soja Vistive Oro
de Monsanto como la soja
Plenish de DuPont Pioneer están diseñadas para silenciar el
gen responsable de la producción de una enzima que convierte el ácido graso
oleico en ácido linoleico. El aceite resultante tiene niveles muy bajos de
ácidos linoleico y linolénico poliinsaturados responsables de la vida útil
corta de aceite de soja. Por el contrario en el aceite obtenido de la soja modificada la concentración del ácido oleico es tres veces mayor a la concentración presente en una soja
convencional. El nuevo producto prácticamente asimila su
composición en ácidos grasos a la composición del aceite de oliva. La política propuesta
recientemente por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) para eliminar las grasas trans en los alimentos podría favorecer los tiempos
de aprobación y comercialización. ¿Una
soja transgénica modificada para producir un aceite destinado a proteger las
arterias de los consumidores podrá mejorar la opinión de la sociedad
sobre los productos transgénicos?
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