El aumento en el número de patentes biotecnológicas concedidas
a universidades de los EEUU en el 2013, con relación a las otorgadas en el 2012,
puede ser tomado como una señal de que la innovación biotecnológica está en
auge y se afirma en el mundo
académico. En un informe publicado en Nature
Biotechnology (volumen 32, número 8, agosto 2014), realizado en función de las patentes
obtenidas por 21 universidades, se muestra objetivamente como de las 11 patentes otorgadas en el 2012 se pasó
a 341 en el 2013. Por ejemplo: la Ohio State University obtuvo 36 (ninguna en
el 2012), la Columbia University 16 (2 en el 2012), la University of Minnesota
20 (ninguna en el 2012), la University of Colorado 13 (ninguna en el 2012), la Nortwestern
University 20 (1 en el 2012), la University of Kentucky 12 (ninguna en el
2012), la University of Georgia 13 (ninguna en el 2012), la University of
Pittsburg 20 (ninguna en el 2012), la University of Arkansas 18 (1 en el 2012),
la Washington University 16 (ninguna en el 2012),…
Lejos estamos de 1980 cuando
por el estrecho margen de cinco a cuatro los magistrados de la Suprema Corte de
los EEUU se pronunciaron a favor de Ananda Chakrabarty permitiendo patentar
seres vivos modificados genéticamente. En ese momento la empresa Genentech
proclamó “El tribunal ha asegurado el futuro tecnológico del país…” y también no
faltó quién comentara en Wall Street “Se le acaba de dar un cheque en blanco a
los investigadores…”; lo sucedido durante los 34 años posteriores pareciera confirmar esas frases
premonitorias.
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