La innovación
tecnológica es la concreción de una nueva idea mediante su aplicación
industrial y surge de considerar la factibilidad de realización de distintos
descubrimientos o inventos y de su probable aceptación por los potenciales
compradores. Cualquier innovación tecnológica debe concluir en un “objeto
fabricable” apreciado por su servicio, calidad, costo, interés económico y
cultural. Toda idea de innovación, aún simple o pequeña, debe ser
suficientemente estudiada en las áreas científico-técnica, financiera,
económica y comercial. En el contexto entre lo técnicamente posible y lo
socialmente deseado encontramos al germen de la innovación: el innovador. A él
le corresponderá dirimir algunas de las clásicas antinomias planteadas
alrededor de las nuevas maneras de producir; antinomias tales como:
adquisición-desarrollo de tecnología, implementación total o gradual,
innovación orientada hacia el mercado interno o externo, y otras a ser resueltas
como paso previo a cualquier planificación.
La adquisición de una tecnología adecuada para una innovación dada presupone ahorro en el tiempo de concreción y acceso directo a una forma de producción para actualizar y elevar el nivel de la empresa en general. No obstante en muchos casos existen aspectos negativos tales como la falta de conocimiento-capacitación para su utilización inteligente, costos y mantenimiento elevados, la adquisición de la tecnología no resulta efectiva en un contexto distinto para obtener iguales resultados y a que la falta de desarrollo propio puede restar competitividad en los mercados. De hecho la adquisición de tecnología es en algunos casos inevitable y no afecta demasiado a los países desarrollados, en cambio a los países en vía de desarrollo les resulta conveniente buscar vías alternativas más accesibles y novedosas tendientes a minimizar las diferencias tecnológicas existentes. Un desarrollo eficiente permite aprovechar en forma conveniente los recursos locales, busca formas de producción menos costosa para obtener productos de igual o mayor calidad y/o para fabricar otros novedosos sin competencia alguna. El conocimiento de avanzada surgido de los hallazgos científicos-tecnológicos en sus primeras fases es de dominio público a través de las publicaciones periódicas científicas y tecnológicas internacionales disponibles en las universidades. Sin embargo su utilización en nuevos desarrollos requiere innovadores con conocimiento de ciencia, tecnología y gestión; es decir capaces de visualizar desde lo científico-tecnológico hasta lo financiero económico y comercial. Requerimiento muy distante de la capacitación actual de nuestras universidades con una fuerte tendencia a contar con menos carreras científicas y tecnológicas cada vez más centradas su temática específica y con casi ninguna capacitación para gestionar innovaciones. Por ende nuestras universidades no están formando innovadores con las competencias necesarias para catapultar al país. Sólo con innovadores capaces de vislumbrar y concretar las tecnologías convenientes presentes y futuras el país podrá emerger del tiempo y controlar su destino.
La adquisición de una tecnología adecuada para una innovación dada presupone ahorro en el tiempo de concreción y acceso directo a una forma de producción para actualizar y elevar el nivel de la empresa en general. No obstante en muchos casos existen aspectos negativos tales como la falta de conocimiento-capacitación para su utilización inteligente, costos y mantenimiento elevados, la adquisición de la tecnología no resulta efectiva en un contexto distinto para obtener iguales resultados y a que la falta de desarrollo propio puede restar competitividad en los mercados. De hecho la adquisición de tecnología es en algunos casos inevitable y no afecta demasiado a los países desarrollados, en cambio a los países en vía de desarrollo les resulta conveniente buscar vías alternativas más accesibles y novedosas tendientes a minimizar las diferencias tecnológicas existentes. Un desarrollo eficiente permite aprovechar en forma conveniente los recursos locales, busca formas de producción menos costosa para obtener productos de igual o mayor calidad y/o para fabricar otros novedosos sin competencia alguna. El conocimiento de avanzada surgido de los hallazgos científicos-tecnológicos en sus primeras fases es de dominio público a través de las publicaciones periódicas científicas y tecnológicas internacionales disponibles en las universidades. Sin embargo su utilización en nuevos desarrollos requiere innovadores con conocimiento de ciencia, tecnología y gestión; es decir capaces de visualizar desde lo científico-tecnológico hasta lo financiero económico y comercial. Requerimiento muy distante de la capacitación actual de nuestras universidades con una fuerte tendencia a contar con menos carreras científicas y tecnológicas cada vez más centradas su temática específica y con casi ninguna capacitación para gestionar innovaciones. Por ende nuestras universidades no están formando innovadores con las competencias necesarias para catapultar al país. Sólo con innovadores capaces de vislumbrar y concretar las tecnologías convenientes presentes y futuras el país podrá emerger del tiempo y controlar su destino.
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