Las vacunas salvan
millones de vidas, pero a nadie le gusta recibir “el pinchazo”. Esto impulsa el desarrollo vacunas orales para combatir las
enfermedades infecciosas. Una vacuna oral debe sobrevivir a la digestión y
alcanzar las células inmunitarias dentro de la pared intestinal para ser
efectiva. En el artículo Biomimetic
Micromotor Enables Active Delivery of Antigens for Oral Vaccination, publicado
en la revista Nano Letters, investigadores
de la Universidad de Carolina explican el desarrollo de
una formulación biomimética de un micromotor autopropulsado para su uso en vacunas orales.
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Crétito: American Chemical Society |
La propulsión necesaria es proporcionada por un núcleo a base de magnesio con un recubrimiento de membrana celular biomimética para llevar una carga útil antigénica tóxica. Los "biomotores" resultantes aprovechan sus propiedades de propulsión para provocar una eficaz respuesta inmunitaria de la mucosa intestinal. Además de evitar las agujas, las vacunas orales pueden generar una respuesta inmune más amplia al estimular las células inmunes dentro de la capa mucosa del intestino, produciendo una clase especial de anticuerpo denominada inmunoglobulina A (IgA). Ellos se preguntaron si podrían usar un núcleo base de partículas de magnesio como motores diminutos para administrar una vacuna oral contra el patógeno bacteriano Staphylococcus aureus. Las partículas de magnesio usan agua como combustible generando burbujas de hidrógeno e impulsando su propulsión. En el desarrollo de la vacuna oral recubrieron micromotores de magnesio con membranas de glóbulos rojos con la α-toxina estafilocócica en su superficie, junto con una capa de quitosán para ayudarlos a adherirse a la mucosidad intestinal, y luego agregaron un recubrimiento entérico protector de las condiciones ácidas del estómago. Cuando se administró por vía oral a los ratones, los micromotores pasaron de manera segura a través del estómago y luego el recubrimiento entérico se disolvió activándose los motores. Imágenes de los ratones vacunados mostraron su acumulación en la pared intestinal con una estimulación en la producción de aproximadamente diez veces más anticuerpos IgA contra la toxina α estafilocócica comparado con la administración de las partículas estáticas. Este trabajo destaca los beneficios de la administración oral activa para el desarrollo de vacunas abriendo las puertas a un nuevo conjunto de aplicaciones en las que la tecnología de motores biomiméticos puede proporcionar beneficios significativos.
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