En el libro de ensayos Otras Inquisiciones, Jorge Luis Borges habla sobre la existencia de “el nexo entre lo real e imaginativo (entre la actualidad y el pasado)...” señalando que la historia de la literatura no debería ser la historia de los autores o de las obras sino la historia del espíritu colectivo como productor o consumidor de literatura. Surge entonces una pregunta más amplia centrada no en la historia de algo sino en el futuro de todos. ¿Será éste el resultado de la imaginación del colectivo humano de la tierra?
Vivimos inmersos en la realidad de lo actual, en una sociedad con su propia dinámica a la cual adaptamos nuestro andar diario. Cada uno de nosotros desde su saber y experiencia trata de imaginar cómo será a futuro nuestro planeta. Por lo tanto puede haber muchos futuros imaginables. No obstante el camino hacia uno u otro va a depender de la disponibilidad del nexo adecuado. Un escultor imagina su obra, la diseña pero debe contar con las herramientas adecuadas para poder esculpirla. Si dispone de las herramientas adecuadas también podría hacer muchas esculturas distintas, por lo tanto lo determinante de lo venidero solo será lo inventable a partir del hacer conveniente. Contar con la tecnología adecuada permite avanzar hacia lo imaginativo venidero, a lo controlable y deseado. El nexo, incluye la tecnología actual más los materiales, herramientas, dispositivos y sistemas en continuo y simbiótico desarrollo exponencial. Constituye el vínculo para precisar, cada vez más, el diseño de un por venir imaginable dentro de los límites acotados por un planeta con múltiples problemáticas en lo demográfico, económico y ambiental.
En el contexto señalado surge una ciencia-tecnología integrada capaz de transformar la naturaleza debido a su capacidad de innovar construyendo con átomos y moléculas para dar respuestas a las necesidades humanas primarias. El cincel para esculpir algo ordenado en medio del caos es la nanotecnología, con fábricas atómico-moleculares y una economía destinada a dar respuesta a las necesidades de todos: la nanoeconomía. Su contribución fundamentalmente a la cognotecnología, a través de los nanochips neurosinápticos y de los memristores, entre otros, permiten avanzar hacia la construcción de cerebros cuasi similares con la misma capacidad de los humanos, pero con menor gasto energético, cerebros para alimentar revolucionarios robots. En un futuro en el cual las condiciones ambientales hagan imposible la vida en la tierra, tal vez, los avances liderados por la nanotecnología permitan pasar del hombre celular mortal al hombre robotizado inmortal a través de un software-mente introducido en el cerebro artificial. Un Homo nanus capaz de vivir sin agua, alimentos, oxígeno, células, ni genes, alimentado solo por baterías, un viajero atemporal en el universo...
Apropiarse del saber necesario nos permitirá modelar, desde lo real actual, lo imaginativo venidero; no a todos los habitantes del planeta, solo a un pequeño colectivo dispuesto a atesorar el conocimiento de avanzada.
Alberto L. D'Andrea
Lectura complementaria: ¿Llegarás a transferir tu software-mente a un cerebro artificial?
Apasionante debate. Como ha señalado Rafael Capurro, el desarrollo de sistemas cognitivos artificiales supone una enorme expansión del conocimiento con la introducción novedosas herramientas de investigación empírica. Ello supone nuevas formas de producción y de apropiación cultural de la tecnología. Acordaremos con Melvin Kransberg que no ella no es buena, ni mala, ni neutral. Muchas gracias por la invitación a pensar
ResponderEliminarGracias Jorge por tu comentario.
ResponderEliminarInteresante debate. Quizás la literatura plasma la imaginación del colectivo humano. Tal vez en la pluma de Borges, Asimov y otros. Gracias
ResponderEliminarGracias por el comentario.
ResponderEliminarLa prolongación de la vida mediante la robotización y la IA es un proyecto global. Esta transición trae rompimientos fuertes con las creencias religiosas y el concepto de vida y muerte. No es solo la transferencia de conocimiento a otro cerebro artificial sino la transferencia física de la vida a otro lugar diferente a la tierra.
ResponderEliminarEstimado Cardenio. Gracias por el comentario. Así es, estamos hablando del paso del humano-celular-mortal al humano-robotizado inmortal.
ResponderEliminar