lunes, 24 de marzo de 2025

Nanoplástico enfría pasivamente invernaderos 25 grados.

El calentamiento global representa una grave amenaza para la agricultura, por lo tanto requiere soluciones tecnológicas para mitigar el frecuente estrés térmico extremo. Los invernaderos en regiones cálidas pueden proporcionar entornos de cultivo adecuados durante todo el año mediante sistemas de refrigeración activa, como sistemas de paneles y ventiladores o bombas de calor; sin embargo, esta práctica conlleva importantes costes de agua y/o energía. En el artículo Passive cooling of greenhouses in extreme climates through spectral control film publicado en la revista Nexus (The Hong Kong Polytechnic University) los investigadores presentan una solución para la regulación térmica pasiva en invernaderos mediante la combinación de una cubierta espectralmente selectiva y una película de base para refrigeración radiativa. La cubierta consiste en una película de polietileno impregnada con nanopartículas de óxido de cesio y tungsteno (PCsW) que bloquean la luz solar en el infrarrojo cercano para reducir el calentamiento solar, manteniendo al mismo tiempo una transmitancia en el infrarrojo medio de 0,74, disipando eficazmente el flujo de calor radiativo.
La capa de base es un acolchado de celulosa biodegradable con una reflectancia solar (propiedad de un cuerpo para reflejar la luz) de 0,93 y una emitancia en el infrarrojo medio (capacidad de un cuerpo para emitir energía radiante) de 0,95, lo que facilita la redistribución de la luz solar y una refrigeración radiativa eficiente. Los ensayos de campo realizados en un clima desértico cálido demostraron que la combinación de la cubierta y la película de suelo produjo una notable reducción de 25,1 °C en la temperatura del suelo dentro del invernadero en comparación con el control. Esto resultó en una mayor tasa de germinación, un entorno térmico optimizado para los cultivos durante sus etapas iniciales de crecimiento más vulnerables y un mayor rendimiento de la col china experimental. 
El innovador método de refrigeración pasiva, sin necesidad de agua ni energía, puede prolongar las temporadas de cultivo y reducir significativamente el impacto ambiental de la agricultura de invernadero, especialmente en regiones cálidas. Además, la naturaleza biodegradable del acolchado de celulosa ofrece una alternativa sostenible a las películas de plástico convencionales. 

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