El calentamiento global
representa una grave amenaza para la agricultura, por lo tanto requiere
soluciones tecnológicas para mitigar el frecuente estrés térmico extremo. Los
invernaderos en regiones cálidas pueden proporcionar entornos de cultivo
adecuados durante todo el año mediante sistemas de refrigeración activa, como
sistemas de paneles y ventiladores o bombas de calor; sin embargo, esta
práctica conlleva importantes costes de agua y/o energía. En el artículo Passive cooling of greenhouses in
extreme climates through spectral control film publicado en la revista Nexus (The Hong Kong Polytechnic
University) los investigadores presentan una solución para la regulación
térmica pasiva en invernaderos mediante la combinación de una cubierta
espectralmente selectiva y una película de base para refrigeración radiativa.
La cubierta consiste en una película de polietileno impregnada con
nanopartículas de óxido de cesio y tungsteno (PCsW) que bloquean la luz solar
en el infrarrojo cercano para reducir el calentamiento solar, manteniendo al
mismo tiempo una transmitancia en el infrarrojo medio de 0,74, disipando
eficazmente el flujo de calor radiativo.
La capa de base es un acolchado de
celulosa biodegradable con una reflectancia solar (propiedad de un cuerpo para reflejar la luz) de 0,93 y una emitancia en el infrarrojo medio (capacidad de un cuerpo para emitir energía radiante) de 0,95, lo que facilita la redistribución de la luz solar y
una refrigeración radiativa eficiente. Los ensayos de campo realizados en un
clima desértico cálido demostraron que la combinación de la cubierta y la
película de suelo produjo una notable reducción de 25,1 °C en la temperatura del suelo dentro del invernadero en
comparación con el control. Esto resultó en una mayor tasa de germinación, un
entorno térmico optimizado para los cultivos durante sus etapas iniciales de
crecimiento más vulnerables y un mayor rendimiento de la col china
experimental.
El innovador método de
refrigeración pasiva, sin necesidad de agua ni energía, puede prolongar las
temporadas de cultivo y reducir significativamente el impacto ambiental de la
agricultura de invernadero, especialmente en regiones cálidas. Además, la
naturaleza biodegradable del acolchado de celulosa ofrece una alternativa
sostenible a las películas de plástico convencionales.
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