miércoles, 26 de noviembre de 2025

¿Control del estado-libre mercado o humanos-máquinas?

A lo largo del siglo XX, buena parte de la conversación pública, política y económica se estructuró alrededor de un dilema que parecía definir el destino de las naciones: ¿debía prevalecer el control del Estado o el libre mercado como eje del desarrollo? Esta tensión no fue abstracta; se expresó en modelos económicos, en conflictos ideológicos y en disputas geopolíticas que marcaron la vida de millones de personas. El Estado de bienestar, las economías planificadas, el capitalismo industrial y la posterior ola neoliberal ofrecieron distintas respuestas a una misma pregunta: ¿quién debía conducir la economía y cómo se distribuía el poder?
Las grandes crisis, como la de 1929 o la del petróleo en los años setenta, reforzaban una y otra vez la necesidad de elegir una posición dentro de ese eje: más regulación o más libertad de mercado. El siglo XX, en definitiva, se edificó sobre esa dicotomía: más estado o más mercado, más control o más libertad económica.


Pero al ingresar en el siglo XXI, ese debate empezó a quedar pequeño frente a una transformación de escala inédita. Las tecnologías digitales, la inteligencia artificial, la automatización y la convergencia entre lo biológico, lo informático y lo nanotecnológico desplazaron el eje del conflicto hacia otro territorio.
El nuevo dilema ya no es solo económico ni ideológico: es ontológico. La pregunta contemporánea es mucho más profunda: ¿seguirá el ser humano en el centro de las decisiones o serán las máquinas y sistemas algorítmicos quienes definan los rumbos esenciales?
Lo que está en juego es la autonomía, la creatividad, la privacidad, la ética, la autoridad y la propia identidad humana. Cada avance tecnológico reconfigura el espacio social y obliga a repensar desde el trabajo hasta la educación, desde la economía hasta la democracia misma. La tensión dejó de ser “quién administra la economía” para convertirse en “quién administra el futuro”: las personas o las máquinas que ellas mismas crearon.
Este tránsito, del dilema estado–mercado al dilema humanos–máquinas, expone cómo cada época formula preguntas acordes a las fuerzas que la atraviesan. El siglo XX fue la era de los modelos económicos y de la infraestructura industrial; el XXI es la era del dato, del código, de la automatización y de la inteligencia distribuida en redes globales. Allí donde antes se discutía la regulación de los mercados, hoy se discute la regulación de inteligencias no humanas.
Y, sin embargo, hay países que todavía siguen atrapados en el dilema del siglo pasado. Sociedades que continúan repitiendo discusiones heredadas, aferradas a debates que ya no explican el mundo que habitamos. Mientras el planeta enfrenta la irrupción de inteligencias artificiales que transforman el trabajo, la política y la cultura, algunas naciones siguen disputando si el Estado debe intervenir más o menos, como si el tiempo se hubiera detenido en 1970. Esa insistencia en mirar por el espejo retrovisor genera una peligrosa desconexión: se discute el siglo XX mientras el siglo XXI avanza sin esperar a nadie.
La paradoja es clara: quienes sigan anclados en los dilemas del pasado pueden quedar fuera de las decisiones del futuro. Porque el mundo ya cambió, y el verdadero desafío de nuestro tiempo no es elegir entre estado o libre mercado, sino entre humanizar la tecnología o quedar subordinados a ella. Esa será la frontera que defina a las sociedades que miran hacia adelante de aquellas que, sin advertirlo, siguen viviendo en un tiempo que ya no existe.

Bibliografía.

Alberto L. D'Andrea. Hombres y/o robots (Capítulo 8). La convergencia de las tecnologías exponenciales & la singularidad tecnológica. Editorial Temas. 2017. Argentina.

Giuliano da Empoli. La hora de los depredadores. Editorial Seix Barral. 2025. España.

Alberto L. D'Andrea. Siglo XX ¿Control del estado o libre mercado? Siglo XXI ¿Humanos o máquinas? Radio Antorchas. 2025. https://radioantorchas.com.ar/2025/11/26/siglo-xx-control-del-estado-o-libre-mercado-siglo-xxi-humanos-o-maquinas/

No hay comentarios:

Publicar un comentario