Cuando
por el año 1964 cursaba la carrera de Técnico Químico dependiente del glorioso
CONET (Consejo Nacional de Educación Técnica - Argentina), un profesor solía
decirme que había dos tipos de personas, aquellas capaces de observar y
comprender hasta la superficie de las
cosas y aquellas, como los químicos, capaces de comprender lo que nos rodea
desde el átomo atravesando lo superficial para llegar a lo universal. Sabido es
que lo que se aprende en la adolescencia nos marca y acompaña el resto de
nuestra vida. También es sabido que el nuevo Papa Francisco estudió y se
recibió de Técnico Químico, lo que implica una educación de doble jornada en
aulas y laboratorios durante seis años conviviendo con la esencia misma de la naturaleza. Nada
como la química para desarrollar el pensamiento abstracto. Cuando en un tubo de
ensayos ocurre una reacción no la vemos, debemos imaginar que hay átomos de un
tipo chocando con átomos de otro tipo, que algunos choques tendrán energía tal
como para trasformar la materia en una nueva sustancia llegándose a un nuevo
tipo de equilibrio…
En ese
misterioso devenir de los tiempos, justo cuando en el 2013 se cumplen 100 años
del modelo atómico de Bohr, el primer modelo atómico confiable producto de una conjunción entre la
mecánica clásica con la mecánica cuántica, los “cardenales han ido casi al fin
del mundo a buscar un Papa” capaz de comprender el universo desde lo profundo,
tan profundo como la esencia misma de la energía y la materia.
Podemos estar tranquilos,la Iglesia
Católica está en buenas manos.
Podemos estar tranquilos,
¡Guau! Excelente artículo doctor.
ResponderEliminarRecién veo su blog, es muy interesante. Cada vez me gusta más la Biotecnología y la veo como una oportunidad para conocer y transformar la naturaleza para el bien de la humanidad.
¡Saludos desde Tucumán!