Sembramos
microalgas, las cosechamos, las sometemos a pirólisis y en sólo 14 días
obtenemos un biopetróleo liviano capaz de darnos por destilación nafta y
diesel. Este proceso lo hacen, con distintas particularidades, la empresa
española BFS y la de
EEUU Sapphire Energy. Los combustibles obtenidos cumplen con
las normas ASTM, respetan el medio
ambiente y constituyen una alternativa ecológica, rentable y escalable.
La novedad es la
alianza entre Sapphire Energy y el grupo Linde
para el desarrollo de la primera planta comercial. El acuerdo abarcará
un mínimo de cinco años. Los proyectos importantes requieren alianzas para financiar el desarrollo de las nuevas
tecnologías y tener disponibilidad de los recursos de ingeniería necesarios
para realizarlos. En este aspecto Linde pareciera ser el socio perfecto para
ayudar a Sapphire a lograr su objetivo
por ser, entre otras cosas, el primer proveedor comercial de CO2 en los
Estados Unidos.
Un paso orientado a
la conversión de microalgas en petróleo crudo para sustituir los más de 90
millones de barriles de petróleo fósil utilizados por día e introducir la producción de combustible, para los mil
millones de vehículos existentes, dentro del ciclo de la fotosíntesis.
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