Disminución de la temperatura
en la vivienda.
Existen en la actualidad muchas patentes de pinturas con
propiedades de aislamiento térmico capaces de absorber la radiación infrarroja.
Las nuevas formulaciones incorporan
elementos nanotecnológicos que, por su capacidad de absorber los rayos infrarrojos
y disipar la radiación durante el transcurso del día, no permiten al calor proveniente
de la radiación solar atravesar la pared. Sorprendentemente la contribución a
la carga térmica de la pared es mínima debido a la acción de los aditamentos
nanotecnológicos generalmente formados por nanopartículas coloidales. En la
actualidad se comercializan varias pinturas “térmicas” de distinta base
nanotecnológica. Algunas pinturas utilizan nanopartículas de óxidos de
tungsteno (empresa JAXA-Desarrollo aeroespacial Japonés) o partículas
coloidales de cloruro de estaño con un diámetro promedio de 3 nanómetros,
inmersas en una suspensión de politetrafluoroetileno (patente WO 2013115633 A1,
“Pintura con la capacidad de absorber los rayos infrarrojos a través de una película
de nanopartículas”). La NASA desarrolló un aditivo de nanopartículas de cerámica que se puede
adicionar a cualquier pintura tradicional para trasformarla en una pintura con
propiedades térmicas; el ahorro debido al aditivo en la aislación de la casa
puede llegar hasta el 50% y el efecto térmico tiene una duración de cinco años. El mayor aislamiento térmico, no sólo disminuye la
temperatura del interior de la vivienda, también el consumo de energía mayoritariamente
generada utilizando combustibles fósiles, al reducir o eliminar la utilización de los
equipos de aire acondicionado.
Disminución de la temperatura
del planeta.
El efecto invernadero “normal” es esencial para el clima de la
Tierra. La cantidad de energía que llega al planeta por la radiación solar se
compensa con la cantidad de energía radiada al espacio; por lo tanto, la
temperatura terrestre se mantiene constante. No obstante por la acción del
hombre, desde las revoluciones industriales, la emisión de dióxido de carbono,
metano, vapor de agua y óxidos de nitrógeno, entre otros, se incrementó en la atmósfera originando una
mayor absorción de la radiación infrarroja que es reemitida nuevamente a la
tierra por los gases del efecto invernadero aumentando la temperatura. La
nanotecnología puede ofrecer dos soluciones al problema: utilizar paneles
solares nocturnos que utilicen la energía infrarroja (a) o generar las
condiciones para que la atmósfera deje pasar la radiación infrarroja térmica
(b).
a) La mitad de energía solar disponible llega a la tierra forma de rayos
infrarrojos. Ahora
existen paneles solares con cristales nanométricos “realizados a medida” capaces
de absorber esta energía infrarroja. Los prototipos de los paneles para la absorción de radiación
infrarroja, transparentes y flexibles, ya
están funcionando. Son capaces de convertir cualquier superficie en un panel solar.
Su capacidad para absorber la radiación infrarroja directa durante el día
(junto con la visible-paneles mixtos) y la remanente reemitida por los gases de
efecto invernadero durante la noche, puede contribuir significativamente a
disminuir el calentamiento de la tierra y la temperatura del planeta. Además permite reducir los gases causantes del efecto
invernadero al generar corriente eléctrica sustituyendo a los combustibles
fósiles.
b) También para disminuir la temperatura del planeta podríamos
crear un “efecto anti-invernadero” o un “efecto invernadero negativo”
utilizando nanotecnología de avanzada para fabricar nanodispersiones fluidas (distribución
de nanoobjetos en una fase fluida continúa) capaces de reflejar el infrarrojo
cercano y ser “transparentes” al infrarrojo térmico, evitando que la radiación
calórica vuelva a la tierra. Algo similar al efecto anti-invernadero del
satélite Titán, el más grande de Saturno, cuya niebla contiene nitrógeno y moléculas
orgánicas (metano, etano, diacetileno, metilacetileno, cianoacetileno,
acetileno, propano, anhídrido carbónico, monóxido de carbono, cianógeno,
cianuro de hidrógeno). La radiación solar sobre las moléculas de nitrógeno y
metano en la ionosfera crea una sopa de iones positivos y negativos. Las
colisiones entre las moléculas orgánicas y los iones ayudan a las moléculas a
crecer, convirtiéndose en aerosoles (partículas sólidas o líquidas suspendidas
en un gas) mayores y más complejos capaces de absorber en la atmósfera superior
el 90% de la radiación solar que entra en el satélite, pero incapaz de retener
la radiación infrarroja proveniente de su superficie. El efecto anti-invernadero
en el satélite Titán produce una disminución de 9 grados en su temperatura. En
el planeta tierra, ante una situación límite, se podría intentar regular la temperatura inyectando
en la atmósfera la cantidad necesaria de una nanodispersión fluida para lograr
el efecto anti-invernadero y conseguir la disminución deseada.
El avance exponencial de los desarrollos nanotecnológicos incrementa
la factibilidad de su utilización para disminuir la temperatura de tu vivienda
y del planeta. A grandes males, grandes nanosoluciones.
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