Investigadores
del MIT, en el artículo Transgene-free remote magnetothermal regulation of adrenal hormones, publicado en la revista Science Advances (10 Apr 2020), explican el
procedimiento que han ideado para controlar de forma remota la liberación de
hormonas desde la glándula suprarrenal, utilizando nanopartículas magnéticas.
Los niveles anormales de hormonas, como la adrenalina y el cortisol,
están relacionados con una variedad de trastornos de salud mental, incluida la
depresión, el estrés y la ansiedad.
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Crédito: Polina Anikeeva y col. Science Advances (10/04/20) |
La investigación puede ayudar a aprender
más sobre cómo la liberación de hormonas influye en la salud mental y ofrecer
una nueva forma de tratar trastornos relacionados. Para lograr el control sobre
la liberación de hormonas han desarrollado nanopartículas magnéticas
especializadas inyectables en la glándula suprarrenal. Cuando se expo-nen a un
campo magnético débil, las partículas se calientan ligeramente, activando los canales
iónicos que controlan el flujo de calcio hacia las células suprarrenales
sensibles al calor, capaces de desencadenar la liberación de hormonal,
logrando, de este modo, estimular un órgano profundo en el cuerpo con mínima
invasividad. Las nanopartículas utilizadas son de magnetita, un tipo de óxido
de hierro que forma pequeños cristales magnéticos de aproximadamente 1/5000 del
grosor de un cabello humano. Con estas logran la estimulación magnetotérmica
para modular la función de las células sin introducir artificialmente ningún
gen. Cuando las ratas se expusieron a un campo magnético débil (aproximadamente
50 militesla, 100 veces más débil que los campos utilizados para la resonancia
magnética-MRI), las partículas se calentaron aproximadamente 6 grados Celsius,
lo suficiente como para que los canales de calcio se abrieran sin dañar
cualquier tejido circundante.
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Crédito: Polina Anikeeva y col. Science Advances (10/04/20) |
La estimulación desencadenó una fiebre hormonal,
duplicando la producción de cortisol y aumentando la noradrenalina en
aproximadamente un 25 por ciento. Esto condujo a un aumento medible en las
frecuencias cardíacas de los animales. Otra área donde esta estrategia podría
ser prometedora es en el tratamiento del dolor, porque los canales iónicos
sensibles al calor a menudo se encuentran en los receptores del dolor. La
investigación confirma que algunos trastornos considerados neurológicos pueden tratarse
desde la periferia, si podemos aprender a modular esos circuitos locales en
lugar de los circuitos globales del sistema nervioso central.
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