sábado, 5 de septiembre de 2020

Céntrico, sobre avenida y con balcón a la calle

Las partículas ultrafinas (Ultrafine Particulate Matter, UFP) son aquellas con un diámetro menor a 0.1 micrones, es decir menores a 100 nm, por lo tanto estamos mayoritariamente hablando de nanopartículas. Generalmente son producidas por la quema de combustible, particularmente las emisiones de los vehículos diesel las producen en una proporción 20 veces superior a los motores nafteros.


Los niveles de contaminación del aire en las ciudades suelen variar 6.000 nanopartículas por centímetro cúbico y 97.000 nanopartículas/cm3 de aire (datos de Toronto y Montreal). El descubrimiento de abundantes nanopartículas tóxicas, producto de la contaminación del aire, en los cerebros humanos se realizó en 2016. Una revisión global exhaustiva a principios de 2019 concluyó que la contaminación del aire puede estar dañando todos los órganos y prácticamente todas las células del cuerpo humano. El aire tóxico se ha relacionado con varios efectos en el cerebro, incluidas grandes reducciones en la inteligencia, la demencia, el cáncer y  los problemas en general de salud mental tanto en adultos como en niños. La diferencia entre las calles concurridas y tranquilas de una ciudad implica una variación en la exposición a la contaminación de 10.000 nanopartículas por cm3. El artículo Within-city Spatial Variations in Ambient Ultrafine Particle Concentrations and Incident Brain Tumors in Adults, publicado en la revista Epidemiology (2020; 31: 177–183), establece que la citada diferencia aumenta el riesgo de cáncer cerebral en más del 10%, además las personas en un ambiente con una contaminación de 50.000/cm3 tienen un 50% más de riesgo a desarrollar cáncer cerebral con relación a quienes conviven con 15.000/cm3. La contaminación del aire es una "emergencia silenciosa de salud pública" dice la Organización Mundial de la Salud. Ante el avance de la nanotecnología y específicamente de los nanomateriales resulta particularmente interesante el estudio de sus propiedades toxicas conducentes al desarrollo de la nanotoxicología. No obstante el control de las partículas ultrafinas (UFP) en el aire de las grandes ciudades no pareciera inquietar en demasía aunque afecta en forma directa a muchas más personas. Habrá que repensar aquello de céntrico, sobre avenida y con balcón a la calle.

 Lectura complementaria:                                                                                                         Within-city Spatial Variations in Ambient Ultrafine Particle ...

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