Tempus fugit es una locución latina, puede traducirse como “el tiempo huye", "el tiempo se fuga" o "el
tiempo vuela". Constituye una referencia explícita al veloz transcurso del
tiempo. La expresión parece derivar de un verso del poeta Virgilio (70 a. C.-
19 a. C.). Desde hace siglos los humanos tenemos la sensación de que el tiempo
finito que nos toca vivir trascurre
rápido. Tal vez una excepción y antagonismo a la locución tempus fugit la encontremos en la lenta concreción de las noticias o
novedades científicas significativas.
Los avances en la
investigación básica poseen muchas veces un gran potencial práctico, sólo que
no es inmediato y puede tardar tiempo en
ser explotado. Una famosa anécdota vinculada con el genial físico Michael Faraday,
pionero en la formulación de la teoría electromagnética, puede ilustrar el
tema. El primer ministro británico Benjamin Disraeli luego de escuchar una
disertación de Faraday sobre el principio de inducción electromagnética le
dijo: Todo muy interesante Mr. Faraday pero permítame preguntarle ¿Cuál es su
utilidad práctica? A lo cual respondió “No lo sé señor, pero estoy seguro de que
un día será posible cobrar impuestos sobre estos fenómenos”. Resulta clara la imposibilidad de juzgar en forma instantánea
el valor práctico y los beneficios para la sociedad de los frutos de la
investigación básica pero los hay y muchísimos.
Sólo tres ejemplos:
-Cuando Mark Planck postula la mecánica
cuántica en el año 1900 parecía estar a años luz de cualquier aplicación
práctica interesante. Hoy la tecnología basada en aplicaciones directa de la
mecánica cuántica es responsable de un 25% del PBI de los países desarrollados
e incluye computadoras, smartphones, fibras ópticas, telecomunicaciones, DVDs ,
entre otras.
-La nanotecnología
como tal se inicia con Norio Taniguchi en 1973,
llevó 37 años para que su investigaciones y desarrollos básicos
comenzaran a tener un crecimiento exponencial a partir del año 2010 y se
convirtiera hoy en la tecnología con mayor posibilidad de crecimiento en siglo
XXI.
-Finalmente otro
ejemplo interesante lo constituye la investigación de la física de las
partículas elementales integrada en el Módelo Estándar de las partículas,
conducente en forma directa a Internet creada por sir Tim Berners-Lee cuando
trabajaba de ingeniero en el Centro Europeo de Física de Partículas (CERN). El
modelo estándar de las partículas comprende 17 tipos de partículas fundamentales
de los cuales 6 son quarks (arriba, abajo, encanto, extraño, cima y fondo), 6
leptones (electrón, muón, tauón, neutrino electrónico, neutrino muónico y
neutrino tauónico), cuatro bosones de gauge (fotón, bosón Z, bosón W, gluón) y
el bosón de Higgs. Tim Berners-Lee crea Internet para que los investigadores pudieran transmitir
información, contenidos y datos de manera rápida y ordenada haciendo más fácil la
colaboración científica entre físicos abocados a un mismo problema en diversos
lugares del mundo, algo esencial para el progreso científico. Internet se
inició en torno al año 1969 y utilizó, un desarrollo del Departamento de
Defensa de los EE. UU denominado ARPANET, una red de computadoras para conectar
principales los grupos de investigación a través de los Estados Unidos. Recién
a partir de la década de 1990, 21 años después, Internet comienza a expandirse
por todo el mundo hasta llegar como lo conocemos en la actualidad.
Muchos de los temas tratados
en Biotecnología & Nanotecnología al Instante son disruptivos y
potencialmente revolucionarios, pero el tiempo de concreción y utilización masiva,
aun habiéndose acelerado durante el presente siglo, es relativamente largo,
mínimo unos 10 años. No obstante hoy ya disfrutamos muchos temas que nos
sorprendieron en el pasado.
La vida íntima de las partículas. Juan Rojo. 2016. Editorial Bonalletra Alcompas, S.L. España.
Un comentario brillante. Gracias. Tal como dice nuestro filósofo marxista Enrique Dussel, argentino radicado mexico; cuarenta años en la historia de cualquier sociedad es nada.
ResponderEliminar