sábado, 27 de septiembre de 2025

Entre la dulzura y la mutación: el controvertido futuro de las bebidas cola.

En las últimas décadas, el consumo de bebidas azucaradas se ha convertido en un fenómeno global con profundas implicancias sanitarias. En particular, el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) introducido como un sustituto más económico y eficiente que la sacarosa en 1965 por el científico japonés Yoshiyuki Takasaki. 
El JMAF, se produce rompiendo el almidón en glucosa y luego transformando parte de esa glucosa en fructosa mediante un proceso enzimático, denominado isomerización, realizado por la enzima isomeraza.  El producto se ha consolidado como el endulzante predominante en gaseosas y productos procesados. Su estructura química, compuesta por una mezcla de fructosa y glucosa en proporciones variables le otorga un alto poder edulcorante. Sin embargo, la evidencia científica ha mostrado que su metabolización en el hígado favorece la acumulación de triglicéridos, la resistencia a la insulina y la aparición de enfermedades metabólicas crónicas como la obesidad y la diabetes tipo 2. 
En forma paralela, estudios recientes han identificado la presencia de nanopartículas de carbono en algunas bebidas tipo cola, especialmente asociadas al proceso de caramelización y al uso de colorantes oscuros. Estas partículas, al ser de tamaño nanométrico (por lo general de  5 nm),  poseen propiedades únicas: pueden atravesar membranas celulares, interactuar con biomoléculas y, en ciertos contextos, inducir estrés oxidativo. Este fenómeno ha sido vinculado, en la literatura biomédica, con la posibilidad de generar alteraciones en el ADN y mutaciones génicas. En el artículo Systems Nutrigenomics Reveals Brain Gene Networks Linking Metabolic and Brain Disorders los investigadores comprobaron que el consumo de fructosa altera 900 genes cerebrales vinculados con problemas en la salud como la enfermedad cardiovascular, la enfermedad de Alzheimer, la depresión, la enfermedad bipolar, el trastorno de hiperactividad con déficit de atención, etc. Si bien la cantidad detectada en bebidas comerciales suele ser baja, la exposición crónica y masiva de millones de consumidores constituye un motivo de preocupación para la toxicología contemporánea.
El problema trasciende lo estrictamente científico. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó a las  multinacionales del sector a reemplazar el jarabe de maíz de alta fructuosa por azúcar de caña real. 
"¡Tómate una Coca-Cola con Trump!", fue el mensaje que compartió la Casa Blanca para celebrar un presunto entendimiento/aceptación por las empresas, lo que puso en evidencia un punto clave: el entrecruzamiento entre salud pública, intereses económicos y demandas sociales.
El desafío actual radica en cómo combinar la innovación tecnológica con la protección de la salud. La biotecnología y la nanotecnología podrían ofrecer soluciones en distintos niveles: desarrollo de edulcorantes alternativos más seguros, aplicación de filtros moleculares que reduzcan la formación de las nanopartículas indeseadas, o incluso el diseño de aditivos funcionales capaces de contrarrestar el daño oxidativo.
El caso del jarabe de alta fructosa, las nanopartículas de carbono y la posibilidad de mutaciones genéticas asociadas al consumo de bebidas cola, abre una discusión que va más allá de lo nutricional. Se trata de un tema en el que confluyen la ciencia, la política y la cultura de consumo. 
El pedido de Trump, aunque formulado en un tono polémico, dejó planteada una pregunta de fondo que sigue vigente: ¿puede la sociedad reemplazar productos masivos que resultan dañinos sin perder su valor económico y cultural? La respuesta probablemente emerja de la interacción entre la investigación científica, la regulación estatal y las transformaciones en los hábitos de consumo.

Lecturas complementarias:

-Fluorescent nanoparticles present in Coca-Cola and Pepsi-Cola: physiochemical properties, cytotoxicity, biodistribution and digestion studies. DOI: 10.1080/17435390.2017.1418443
-Systems Nutrigenomics Reveals Brain Gene Networks Linking Metabolic and Brain Disorders.DOI: 10.1016/j.ebiom.2016.04.008
-Share a Coke, whith Trump. https://x.com/WhiteHouse/status/1945588887847375341
-Los alimentos con fructosa pueden alterar 900 genes cerebrales, muchos vinculados con la salud humana. https://infobiotecnologia.blogspot.com/2016/04/los-alimentos-con-fructosa-pueden.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario