sábado, 25 de octubre de 2014

Electrones abundantes, limpios, fiables y baratos.

Una red eléctrica inteligente puede ser vital para generar eficiencia energética, reducir la demanda y reducir las emisiones, pero no es suficiente; también necesitamos electrones abundantes, limpios, fiables y baratos.  Los avances actuales en energía eólica, solar, geotérmica, termosolar, en la producción de hidrógeno, de etanol celulósico, biogás y bioetanol, biodiésel y biopetróleo a partir de microalgas son graduales, cuando en realidad lo que necesitamos para reemplazar a los combustibles fósiles requiere un crecimiento exponencial.
La gradualidad de los avances necesarios se debe a dos causas fundamentales. En primer lugar no se estableció con suficiente antelación una serie de políticas coordinadas, regulaciones, incentivos y penalizaciones fiscales que estimulen a desarrollar e implementar las nuevas tecnologías sustitutas para generar energía limpia.  En segundo lugar la innovación en el campo de la energía es difícil, nos estamos topando con los límites actuales de la física, la química, la biología y debemos avanzar, integrando velozmente la ciencia y la tecnología, hacia nuevos conocimientos con posibilidad de trasformar la naturaleza  tal como ocurre con la biotecnología y la Nanotecnologia.   
Pasar de un sistema basado en combustible fósil a uno liderado por energía limpia representa un reto de norme magnitud en legislación, inversión e innovación. Tal vez nada más claro que el siguiente pasaje del libro “El Principe” de Maquiavelo:
“Debe considerarse que no hay nada más difícil que emprender, ni más incierto en el triunfo, ni más peligroso de gobernar, que introducir nuevas leyes. El innovador se transforma en enemigo de todos lo que se beneficiaban de las leyes antiguas, y no se granjea sino la amistad tibia de los que se beneficiarían con las nuevas, tibieza cuyo origen es, por un lado, el temor a los que tienen de su parte la legislación antigua y por otro lado la incredulidad de los hombres que nunca se fían de las cosas nuevas hasta que se ven sus frutos”.
Un mensaje para las empresas y los gobiernos: disminuir linealmente las inversiones para la obtención de energía fósil y aumentar exponencialmente las inversiones para producir energías limpias y hacer más eficiente el consumo energético. Sólo habrá futuro para aquellos que logren electrones abundantes, limpios, fiables y baratos.

Bibliografía:
Caliente, plana y abarrotada. Thomas L. Friedman.

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