Una red eléctrica inteligente puede ser vital para
generar eficiencia energética, reducir la demanda y reducir las emisiones, pero
no es suficiente; también necesitamos electrones abundantes, limpios, fiables y
baratos. Los avances actuales en energía
eólica, solar, geotérmica, termosolar, en la producción de hidrógeno, de etanol
celulósico, biogás y bioetanol, biodiésel y biopetróleo a partir de microalgas
son graduales, cuando en realidad lo que necesitamos para reemplazar a los
combustibles fósiles requiere un crecimiento exponencial.
La gradualidad de los avances necesarios se debe a dos
causas fundamentales. En primer lugar no se estableció con suficiente
antelación una serie de políticas coordinadas, regulaciones, incentivos y
penalizaciones fiscales que estimulen a desarrollar e implementar las nuevas
tecnologías sustitutas para generar energía limpia. En segundo lugar la innovación en el campo de
la energía es difícil, nos estamos topando con los límites actuales de la
física, la química, la biología y debemos avanzar, integrando velozmente la
ciencia y la tecnología, hacia nuevos conocimientos con posibilidad de trasformar
la naturaleza tal como ocurre con la
biotecnología y la Nanotecnologia.
Pasar de un sistema basado en combustible fósil a uno
liderado por energía limpia representa un reto de norme magnitud en legislación,
inversión e innovación. Tal vez nada más claro que el siguiente pasaje del
libro “El Principe” de Maquiavelo:
“Debe considerarse
que no hay nada más difícil que emprender, ni más incierto en el triunfo, ni
más peligroso de gobernar, que introducir nuevas leyes. El innovador se
transforma en enemigo de todos lo que se beneficiaban de las leyes antiguas, y
no se granjea sino la amistad tibia de los que se beneficiarían con las nuevas,
tibieza cuyo origen es, por un lado, el temor a los que tienen de su parte la
legislación antigua y por otro lado la incredulidad de los hombres que nunca se
fían de las cosas nuevas hasta que se ven sus frutos”.
Un mensaje para las empresas y los gobiernos: disminuir
linealmente las inversiones para la obtención de energía fósil y aumentar
exponencialmente las inversiones para producir energías limpias y hacer más eficiente
el consumo energético. Sólo habrá futuro para aquellos que logren electrones
abundantes, limpios, fiables y baratos.
Bibliografía:
Caliente, plana y
abarrotada. Thomas L. Friedman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario