Para
que una empresa se mantenga competitiva debe desarrollar estrategias de
innovación dinámicas capaces de evolucionar constantemente. En el artículo
“Biotech Firms Need Innovation Strategies” publicado en el Harvard Business Review, el Dr. Gary P. Pisano clasifica las estrategias de
innovación en cuatro tipos:
La
innovación de rutina: construida sobre la competencia tecnológica y el modelo
de negocio existente en la empresa.
La innovación
disruptiva: construida con la competencia tecnológica de la empresa pero
incorporando un nuevo modelo de negocio.
La
innovación radical: construida con en el modelo de negocio existente de la
empresa pero con una nueva competencia tecnológica.
La
innovación arquitectónica: requiere tanto un nuevo modelo de negocio como una nueva
competencia tecnológica.
Las
cuatro estrategias de innovación: de rutina, disruptiva, radical y
arquitectónica se adaptan fácilmente al contexto de la bio y nanotecnología. Un
ejemplo de innovación arquitectónica: una compañía biofarmacéutica que desarrolla
y comercializa biofármacos para oncología ha decidido convertirse
en una empresa dedicada al diagnóstico y tratamiento del cáncer con nanorobots.
Esto requiere tanto un nuevo modelo de negocio como nuevas competencias
tecnológicas en nanotecnología.
Resulta
obvio que la madre de la innovación la constituye la creación de una estrategia
innovadora adecuada realizada por profesionales con las capacidades necesarias para integrar ciencia, tecnología y gestión. Esto conlleva
a un cambio de enfoque radical en la
formación de los profesionales en carreras de tecnologías de avanzada,
centradas por lo general, en los contenidos específicos de la profesión y no en
los requerimientos para elaborar las estrategias innovadoras necesarias a los cambiantes requerimientos
socioeconómicos de la hora actual.
Lecturas complementarias:
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