sábado, 15 de octubre de 2016

Piel de y con grafeno.

En enero del año 2016 investigadores del Monash Centre for Atomically Thin Materials (MCATM) dependiente de la Monash University (Australia) desarrollaron una piel de denominada G-elastomer, un material elastómero (materiales con comportamiento elástico) de grafeno con más sensibilidad que la propia piel humana. Entre otras cosas, permitirá desde hacer prótesis robóticas con tacto para sustituir miembros amputados hasta construir la “piel de un robot”. El grafeno como elastómero  es un material flexible y ultraligero, puede detectar presiones y vibraciones en un amplio ancho de banda de frecuencias. Supera con creces el rango de respuesta de nuestra piel con un tiempo de respuesta muy rápido. En la reciente publicación “Graphene-stabilized lipid monolayer heterostructures: a novel biomembrane superstructure” en la revista Nanoscale (Royal Society of Chemistry), un equipo de la Leiden University (Holanda) investiga la conformación supramolecular obtenida cuando se coloca grafeno sobre una monocapa lípidica similar a la capa externa de la piel. La alta afinidad entre las colas de los lípidos y el plano basal grafeno genera una estructura favorable para la aplicación de biosensores y  representa el primer paso hacia la integración de grafeno en una bicapa lipídica humana. De ambas publicaciones (y de otras tantas) surge la posibilidad de utilizar láminas de  grafeno en la confección de la piel de un robot o de una prótesis y para hacer interfases con la piel humana,  de modo de obtener una nueva plataforma para la detección de la variación en la estructura de los lípidos al modular químicamente las propiedades eléctricas del grafeno. El inicio de un interesante camino conducente a la nanopiel de y con grafeno.


Lectura Complementaria:

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