sábado, 26 de febrero de 2022

La guerra y la paz

Un misil produce como mínimo tres impactos. El relacionado con los daños físicos-destrucción directa en el lugar, el vinculado a la importante inversión en su fabricación que canaliza los recursos económicos del país en sentido opuesto a las necesidades de su población y el impacto ambiental-ecológico producido por las explosiones. 
Los aportes a las necesidades humanas primarias de las nuevas tecnologías,  por ejemplo en el caso de la nanotecnología, se producen en las nueve áreas reconocidas: salud, alimentación, energía, cuidado ambiental, vivienda, trasporte, ves-timenta y comunicación y defensa. Siempre aparece tímidamente al final la palabra defensa, en realidad si alguien debe utilizar la tecnología para la defensa es una respuesta directa a quién la utiliza para atacar. Esta dicotomía se presenta en la esencia íntima del ser humano. Para Sigmund Freud la naturaleza humana contiene la potencia o facultad tanto de ser bueno como malo debido a sus dos instintos básicos, eros y tánatos: amor y muerte (thánatos). A pesar de nuestra evolución cultural el hacer esta fundamentalmente deter-minado o motivado por el equilibrio entre los dos instintos.
En una sociedad global dónde las películas y las series están repletas de escenas con armas de fuego, tal vez una guerra parezca en nuestra vida como lo cotidiano normal, no como el despertar de un tánatos adormecido. La realidad debería ser otra, un repudio generalizado por cada misil y una condena con crecimiento exponencial al aumentar en forma masiva su utilización. 

El contexto señalado hace cada vez más necesario el atesoramiento o apropiación del conocimiento conducente a las nuevas tecnologías por la mayoría de la población del planeta para ser utilizado en beneficio de todos y no se apoderen de él minorías en busca poder y/o enriquecimiento excesivo. Una dicotomía similar a eros o tánatos y paz o guerra.

Alberto L. D'Andrea

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