sábado, 15 de julio de 2023

Homo nanus. El nexo entre el pasado y el futuro

¿Los habitantes de la tierra podremos concretar el futuro que imaginamos? 
Vivimos inmersos en la realidad, en una sociedad con su propia dinámica a la cual adaptamos nuestro andar diario. Cada uno de nosotros desde su saber y experiencia imagina cómo será a futuro nuestro planeta. Por lo tanto puede haber muchos futuros imaginables. Cada uno de nosotros imaginará un futuro distinto para la sociedad. No obstante el camino hacia uno u otro va a depender de la disponibilidad de lo necesario para realizarlo. 
Un escultor imagina su obra, la diseña pero debe contar con las herramientas adecuadas para poder esculpirla. Si dispone de las herramientas adecuadas también podría hacer muchas esculturas distintas, por lo tanto lo determinante de lo venidero solo será lo inventable posible con las herramientas disponibles. Contar con la tecnología adecuada permite avanzar hacia uno u otro lado de lo imaginado.

El nexo, necesita de la tecnología actual más los materiales, herramientas, dispositivos y sistemas en continuo y simbiótico desarrollo exponencial. Constituye el vínculo para precisar, cada vez más, el diseño de un por venir imaginable dentro de los límites acotados también por un planeta con múltiples problemáticas en lo demográfico, económico y ambiental.
En el contexto señalado surge una ciencia-tecnología integrada capaz de transformar la naturaleza debido a su capacidad de innovar construyendo con átomos y moléculas para dar las respuestas necesarias. Implica trabajar ni más ni menos con los átomos y moléculas que forman el planeta. El cincel para esculpir algo ordenado, un nuevo orden en medio del caos, es la nanotecnología, con sus fábricas atómico-moleculares y una economía destinada a dar respuesta a las necesidades de todos: la nanoeconomía.
La nanotecnología no solo contribuye a dar respuestas a las nueve necesidades primarias: salud, alimentos, energía, comunicación, transporte, vivienda, vestimenta, cuidado del ambiente y defesa, también apuntala el futuro cognotecnológico, en el cual a través de los nanochips neurosinápticos, de los memristores y de los nanochips reconfigurables se avanza hacia la construcción de cerebros cuasi similares con la misma capacidad de los humanos, pero con menor gasto energético, cerebros para alimentar revolucionarios robots.
En un futuro en el cual las condiciones ambientales hagan imposible la vida en la tierra, tal vez como explicamos en "Virtual Man & Robotic Man. Both Inmortals", los avances liderados por la nanotecnología permitan pasar del hombre celular mortal al hombre robotizado inmortal a través de un software-mente introducido en el cerebro artificial. El nexo será un Homo nanus capaz de vivir sin agua, alimentos, oxígeno, células, ni genes, alimentado solo por baterías. Un viajero atemporal en el universo...
Apropiarse del saber necesario nos permitirá modelar, desde lo real actual, lo imaginativo venidero; no a todos los habitantes del planeta, solo a un pequeño colectivo dispuesto a atesorar los conocimientos de avanzada.

Lectura complementaria:

2 comentarios:

  1. Muy interesante comentario. Muchas gracias. La humanidad parece residir en el lenguaje que cultivado históricamente configura la comunicación y las instituciones que enmarcan la conducta y valoraciones subjetivas. Fuera de ello, todo artificio que haga más eficiente alguna de nuestras actividades, no deja de ser un artefacto solo objetivable en alguna función. Muchas gracias por la invitación a pensar.

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