Luego de la
película Ayer, hoy y mañana (1963), se
escribieron varios artículos con la citada denominación vinculados con temas
varios, incluso tecnológicos. El cambio, en el orden del presente artículo
no está ligado a una pretensión de originalidad sino a priorizar la
preocupación por el mañana en un planeta en cuyo ayer no se contempló
adecuadamente la dimensión de los problemas y en un hoy que lo encuentra a la
deriva sin las adecuadas respuestas económicas y ambientales. El mañana apunta
a un planeta sin rumbo y con conducciones ortodoxas incapaces de hacer la
ruptura necesaria para modificar la situación. En ese contexto aparecen las
nuevas tecnologías con su capacidad de dar respuestas singulares en las áreas
planteadas a través de sus aspectos tanto estrictamente tecnológicos como
económicos (bioeconomía, nanoeconomía).
Las nuevas tecnologías son desarrolladas por profesionales altamente capacitados, de vanguardia y con una visión planetaria estructuralmente diferente a la desarrollada en la cultura de la globalización actual. Entonces, se visualiza la necesidad de una gestión ambiental comprometida con la necesidad de dar soluciones concretas a las problemáticas del cambio climático mediante la utilización racional intensiva de las nuevas tecnologías y la de crear las condiciones económicas para cubrir las necesidades de una vida garantizada a los 7500 millones de habitantes del planeta. Cuanto antes avancemos en la dirección señalada, más posibilidades de evitar un caos planetario acelerado e inminente. No es fácil, debemos poner todo el saber de avanzada en el intento, explicar y convencer a quienes prefieren ignorar la situación. Por eso, sólo por eso pensemos primero en el mañana para cambiar lo que hicimos mal ayer. ¿Cuándo comenzar? Hoy.
Lectura complementaria: Plan NanoBio
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