En la reciente encíclica del Papa "Laudato
si", dice: “Todavía no se ha logrado
adoptar un modelo circular de producción que asegure recursos para todos y para
las generaciones futuras, y que supone limitar al máximo el uso de los recursos
no renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento,
reutilizar y reciclar”. Tal
afirmación lleva a recordar el intento histórico más
reciente por romper con la economía ortodoxa, de pensamiento único, vigente. El
intento partió de Nicholas Georgescu-Roegen, uno de los pensadores más
notables y profundos de la economía moderna; él lanzó dos torpedos críticos a
la economía vigente en sus libros Analytical Economics (1966) y The Entropy
Law and Economic Process (1971) en los cuales centra
las problemáticas económicas actuales en el divorcio entre las teorías
económicas y el cumplimiento de las leyes de la naturaleza. Para los economistas de pensamiento único
todo es un ciclo de producción y consumo, pero para la naturaleza esto
no constituye un ciclo, es sólo un gasto unidireccional de energía y recursos
naturales no renovables en el tiempo que se consumen. El auguró por lo tanto un
gran fracaso en la economía mundial, fracaso evidente ante la cantidad, en
tiempos cada vez más cortos, de crisis económicas y un medio ambiente a
la deriva. Nicolás
Georgescu-Roegen señalo como única solución posible la aparición de una
ciencia-tecnología capaz de generar en tiempo y forma los recursos naturales
necesarios para llegar a un nuevo tipo de equilibrio en la tierra. La respuesta
anhelada surgió de la mano de la biotecnología, a tal punto que hoy podemos definir a la bioeconomía real como una
economía basada en la biotecnología capaz de generar en tiempo y forma los
recursos naturales renovables, con su acervo de más de 65 millones de genes
conocidos y la ingeniería genética, para dar respuestas a necesidades
socioeconómicas tales como la demanda de energía, alimentos, disminución de los
gastos en salud y cuidado del medio ambiente, generando a su vez trabajo e
ingresos en forma sustentable.
Tal vez alguien nos dio la inteligencia y los genes con
el fin de que hagamos todo lo necesario para mantener la vida en la tierra.
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