El sufijo nomía es de origen griego
(nómos) y significa "conjunto de leyes o normas". Se usa en palabras
compuestas como economía y astronomía entre otras. En tal sentido lo que hoy
denominamos nanociencia, vinculado con el conocimiento ordenado y sistemático
en la escala nanométrica (1 a 100 nanómetros) constituye sólo una visión parcial de
la temática, como extremo del universo antagónico a la astronomía debió
haberse denominado atomonomía (o nanononía). La atomonomía es entonces el conjunto de
leyes y normas para comprender el mundo de lo pequeño a escala atómico-molecular;
con ella se completa un espectro del conocimiento capaz de abarcar el límite de
lo más grande observable al límite de lo más pequeño observable, y por ser
pequeño también manipulable.
Los primeros registros astronómicos se ubican aproximadamente en el 1300 A.C. Resulta interesante reseñar los períodos evolutivos de la astronomía:
Prehistórico (antes 500 A.C.) Caracterizado por la observación de los movimientos cíclicos
del sol, la luna y las estrellas, el desarrollo de los calendarios y la determinación
de orientaciones.
Clásico
(500 A.C. − 1400 D.C.) Comienzan las medidas de posiciones y los movimientos y
se hacen modelos geométricos del universo (geocéntricos) para explicar el
movimiento de los planetas.
Renacimiento
(1400 D.C. – 1609 D.C) Se acumulación datos más precisos y aparecen mejores
modelos (heliocéntricos) para explicar los datos.
Moderno
(desde 1609 D.C.) En el año 1609, Galileo Galilei dirige por primera vez, con
espíritu científico, un telescopio hacia el cielo. El acontecimiento se
considera el inicio de la astronomía
moderna y revolucionó completamente el concepto de universo y de nuestro lugar
dentro de él. En este período aparecen nuevos modelos físicos y avances
matemáticos. Nace y se desarrolla de la
astrofísica. .
La atomonomía recién se inicia la
segunda mitad del siglo XX D.C. Hubo que esperar la aparición de la física
cuántica (1900-Max Planck) y su aplicación en los primeros modelos atómicos
confiables (1913-Modelo planetario de Niels Bohr y 1926-Modelo probabilístico
de Erwin Schrödinger) para comenzar a comprender el mundo de lo pequeño. En
1974, por primera vez, el Dr. Norio Taniguchi, profesor de la Tokyo University
of Science acuñó el término Nano-technology en una conferencia. No obstante
algo similar a lo realizado por Galileo con el telescopio aparece recién en
1981 cuando Gerd Binnig y Heinrich
Rohrer (IBM) desarrollaron y perfeccionaron el microscopio de exploración de
efecto túnel (STM- Scanning Tunneling Microscope), la primera herramienta para “ver”
átomos de una manera relativamente fácil y rutinaria (a ambos se le concedió el
premio nobel en 1986).
Resulta interesante que la astronomía
nos permite observar los planetas, mundo macro, desde el año 1609 y que recién
en 1981 se haya comenzado a ver el mundo
nano de los las moléculas y los átomos. Se necesitaron 372 años de desarrollo tecnológico más para
llegar al otro extremo.
El paso del estudio de lo más grande,
como la astronomía, al mundo de lo más pequeño, como la atomonomía-nanonomía conlleva una
serie de reflexiones interesantes sobre el conocimiento humano.
El hecho de poder estudiar tanto el
cosmos inmenso como las estructuras extremadamente pequeñas resalta la
increíble amplitud de escalas en el universo y fundamentalmente la capacidad
humana para comenzar a comprenderlas.
Ambas permiten explorar territorios
relativamente desconocidos. En la astronomía, descubrimos exoplanetas, agujeros
negros y la naturaleza misma del universo. La atomonomía permite a través de su
aplicación, la nanotecnología, manipular
la materia a escala extremadamente pequeña para crear nuevos materiales,
dispositivos y aplicaciones capaces de dar respuestas a las nueve necesidades
humanas primarias.
Las dos tienen el potencial de
revolucionar nuestra comprensión del mundo y nuestra capacidad tecnológica.
Desde la comprensión de los orígenes del universo hasta la fabricación avanzada,
estas disciplinas están en la vanguardia de la innovación científica y tecnológica.
El paso del estudio de lo más grande a lo más pequeño en 372 años refleja la capacidad humana para explorar y tratar de comprender los dos extremos del universo.
Gracias por su ilustración. La manipulación de la materia con el desarrollo de artefectos de escala nanométrica y la sistematización del conocimiento atomonónico es un enorme hito para la humanidad. No la exime sin embargo de su naturaleza tan racional como cambiante hasta la contradiccíón.
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