Prof. Dr. Alberto L.
D’Andrea. Director de Nanotecnología
y nuevas
tecnologías. Universidad CAECE.
Pasaron 17 años desde el 2006 cuando Ramil Ramzievich Garifullin, al exponer sobre nanopsicología dijo: “...en un tiempo no muy lejano las señales del cerebro se han de transmitir directamente a través de las redes. Una sociedad abierta desde el punto de vista cerebral”. Recientemente (2022) Michio Kaku agrega: “Digitalizaremos la conciencia humana y recorreremos el universo a la velocidad de la luz”, finalmente en el presente año el científico hindú de Silicon Valley, Prateek Desai, asevera: “Los humanos podrán subir su conciencia a un ordenador a finales del año 2023”. En el lapso citado no todo se orienta hacia un hombre virtual inmortal, en el año 2017 el Dr Brian Cox expresa: “Los humanos cargarán sus cerebros a los robots para inmortalizarlos antes de lo que crees” marcando un camino hacia el hombre robotizado inmortal. Las afirmaciones citadas, seleccionadas entre muchas otras, se fundamentan, por un lado, en aspectos vinculados con el conocimiento de la estructura funcional del cerebro a través de los proyectos Human Brain Proyect (Unión Europea) y el Brain Activity Map (EE.UU) y con la posibilidad de hacer un cerebro cuasi similar al humano a partir de los sorprendentes avances de la nanotecnología: nanochips neuromóficos, menristores, nanorrobots y nanochips reconfigurables; cerrando un circulo virtuoso para el paso del “software-mente” (copia digital de la mente) del humano a un cerebro artificial ubicado en un robot. La otra línea de trabajo está basada sobre cómo incluir las características vinculadas con el comportamiento, con lo que se piensa y con lo que se siente en sistemas de IA como el ChatGPT (archivos, videos, grabaciones de voz, documentos, fotos,...). Aspectos no estructurales relacionados con la personalidad, conducentes a un humano virtual inmortalizado en una notebook.
Figura 1. Hombre virtual & Hombre robotizado. Ambos inmortales. |
En la Figura 1 se trata de hacer una sinopsis sobre los caminos conducentes a la inmortalidad. Un aspecto central es el vinculado a la toma de la conciencia. Ambas líneas generan una conciencia concebida, tal como lo dijera Erwin Schrödinger, (Nobel por modelo atómico probabilístico) como “la mente que alguna vez haya dicho o sentido el yo”. Se distinguen dos vías para lograrlo, una de ella, intrínseca, implica poder comunicarse directamente con el cerebro para introducir su software-mente en un cerebro artificial. Se cita como ejemplo en esta dirección a DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency, del Departamento de Defensa de Estados Unidos). Una agencia que actualmente financia seis grupos internacionales relacionados con la comunicación inalámbrica cerebro-ordenador basadas en distintos principios físicos y nanotecnológicos. La vía extrínseca se centra en incorporar aspectos de la personalidad en sistemas de IA como el ChatGPT para lograr la apariencia, la voz y la conciencia del ser humano, con capacidad de pensar, sentir y experimentar la realidad de la misma manera y poder vivir eternamente en un entorno virtual. Seguramente ambas líneas harán simbiosis y crecerán con retroalimentación integrada.
La Nanotecnología y la IA están brindando las bases para una nueva convergencia tecnológica, la tercera (NIC), que promete un humano virtual inmortal a fines del 2023 y un humano robotizado inmortal antes de mitad del siglo XXI.
Bibliografía
Garifullin R.R. Nanopsychology as a
New Science. Nanophilosophy as a New World-View, in Man in the Face of Global
Challenge, Philosophical Society of Tatarstan. Kazan, 2006, páginas
101–106.
D’Andrea,
Alberto Luis. Hombres y/o robots (Capítulo 8). La Convergencia de las
Tecnologías Exponenciales y la Singularidad Tecnológica. Editorial Temas,
Buenos Aires. 2017.
Erwin Schrödinger. ¿Qué es la vida? Editorial Espasa-Calpe. 1947. Buenos Aires. Argentina.
Muchas gracias por la invitación a pensar. La humanidad no reside en ninguna infraestructura biológica a la que pueda acoplarse una interface. Reside en el lenguaje compartido en procesos históricos. Sin historia o naturaleza, los cambios no son perdurables aunque sí onerosos. El proceso social es esencialmente competitivo, dinámico y caracterizado por la dispersión del conocimiento y saberes prácticos. La interacción coordina a los agentes que siguen intereses propios. Se caracterizan por preferencias cambiantes, contradictorios, racionales y pecaminosos que definen la naturaleza humana. Se valen la tecnología finalmente, para dividir el trabajo.
ResponderEliminarGracias por el comentario !!!
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