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miércoles, 17 de julio de 2024

La economía planetaria: átomos, moléculas y seres vivos.

La globalización constituye un proceso económico, tecnológico, político, social y cultural a escala mundial potenciado por la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo. La primera gran convergencia tecnológica abreviada TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) ha generado un nuevo espacio social en el cual las capacidades de acción de los seres humanos se han ampliado al ser posibles las interacciones dinámicas virtuales. En el contexto descripto, las empresas TIC, en constante desarrollo, cumplen un papel preponderante en la globalización económica debido a su capacidad de integrar los mercados globales. Constituyen la tecnología central de la economía globalizada desde fines del siglo XX (1975- ), es decir una economía globalizada con un motor tecnológico centrado en las TIC.    
Si bien la economía globalizada presenta algunas ventajas como el mayor acceso a los mercados y a recursos diversificados, la atracción de inversiones extranjeras, facilita la difusión de innovaciones tecnológicas, aumenta la competencia, y reduce los precios de bienes y servicio; sus desventajas son desbastadoras, incrementa la brecha entre ricos y pobres, produce desempleo y precariedad laboral, genera dependencia económica, lleva a la pérdida de identidades culturales y tradiciones locales, tiene un fuerte impacto ambiental contaminante al aumentar la explotación de recursos naturales y la interconexión de los mercados financieros puede hacer que las crisis económicas se propaguen rápidamente de un país a otro, afectando la estabilidad global.

A principio del siglo XXI (2001-) surge la segunda convergencia tecnológica, las  NBIC (Nano-Bio-Info y Cognotecnologías) producto de la necesidad de dar respuestas a todas las necesidades humanas, no solo a la comunicación, también a la alimentación, la energía, la salud, el cuidado del ambiente, la vivienda, el transporte, la vestimenta y la defensa. Las NBIC inician la transformación, el paso de la sociedad de la información hacia una sociedad multidireccional tendiente a dar respuestas integrales a las necesidades reales de los 8.000 millones de habitantes del planeta.

Esto implica pasar de la economía globalizada de las TIC responsable que hoy tengamos un planeta sin rumbo en lo económico y ambiental, por no haber considerado todas las necesidades de los seres humanos ni respetado las leyes de la naturaleza, a una economía convergente centrada en las potentes respuestas que tanto la biotecnología como la nanotecnología y la IA pueden brindar  las graves problemáticas actuales y futuras. 

La posibilidad de innovar construyendo con átomos y moléculas más la de utilizar seres vivos o partes de seres vivos, para dar respuestas a las crecientes necesidades humanas primarias constituye la base de la nanobioeconomía, la única economía posible para hacer viable la vida en el planeta y el planeta en el siglo XXI.”

Lectura complementaria:

Hacer viable lo otrora inviable con bio y nanoeconomía. Biotecnología & Nanotecnología al Instante. 29/04/24.

sábado, 27 de noviembre de 2021

La economía de ayer, de hoy y de mañana

La globalización constituye un proceso económico, tecnológico, político, social y cultural a escala mundial potenciado por la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo. La convergencia tecnológica de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) ha generado un nuevo espacio social en el cual las capacidades de acción de los seres humanos se han ampliado al ser posibles las interacciones dinámicas virtuales. En el contexto descripto, las empresas TIC, en constante desarrollo, cumplen un papel preponderante en la globalización económica debido a su capacidad de integrar los mercados globales. Constituyen la tecnología central de la economía globalizada desde fines del siglo XX, es decir una economía globalizada con un motor tecnológico centrado en las TIC. A pesar de su importancia, dan respuestas concretas a una sola necesidad humana primaria: la comunicación. Las respuestas a las otras ocho necesidades humanas: salud, alimentos, energía, ambiente, vestimenta, vivienda, comunicación, transporte y defensa, requieren hoy de nuevas ciencias tecnologías integradas capaces de transformar la naturaleza: la nanotecnología y la biotecnología. 

La integración de las TIC con la nano y biotecnología producen una sinergia con crecimiento exponencial que, entre otras, permite avanzar hacia la comprensión de la cognociencia y sus aplicaciones: la cognotecnología. Aparece entonces a principio del siglo XXI una segunda y más integradora convergencia tecnológica, la de las NBIC (Nano, Bio, Info y Cognotecnologías). Las NBIC inician la transformación, el paso de la sociedad de la información hacia una sociedad multidireccional tendiente a dar respuestas integrales a todas las necesidades de los 7.800 habitantes del planeta. Esto implica pasar de la economía globalizada de las TIC responsable que hoy tengamos un planeta sin rumbo en lo económico y ambiental, por no haber considerado todas las necesidades de los humanos ni las leyes de la naturaleza, a una economía convergente centrada en las potentes respuestas que pueden brindar las NBIC a las problemáticas actuales y futuras.

Así como los primeros 30 años del siglo XX la Teoría Cuántica (Mark Planck 1900), el modelo atómico de Niels Bohr (1913) y el modelo atómico probabilístico (Erwin Schrödinger, 1926) sentaron las bases para un formidable crecimiento científico-tecnológico; en los primeros años del siglo XXI la convergencia de la nano, la bio y la infotecnología permitirán en la segunda mitad del siglo XXI ingresar a la era de la cognotecnología y resolver las preguntas: ¿mortales o inmortales?, ¿hombres y/o robots?

Ante el alerta roja de organismos internacionales por la problemática ambiental, tal vez indicadores como la proximidad a la “carga máxima de habitantes en la tierra” (10 mil millones), el aumento de la temperatura del planeta, la falta de agua-desertización, incendios forestales y pandemias cada vez con mayor frecuencia e intensidad, etc., estén anunciado la imposibilidad futura de la vida celular en el planeta. En tal contexto el avance de los cerebros similares basados en nanochips neurosinápticos y memristores, entre otros, y de los dos proyectos vinculados al mapeo y comprensión del cerebro humano (Human Brain Project-Europa y el Brain Activity Map-EE.UU) nos permitan, ante el momento tan temido del fin de las condiciones para la vida celular en el planeta, pasar nuestro software-mente a robots. Es decir convertirnos de humanos-celulares-mortales a humanos-robotizados-inmortales.   

El fin de era celular implicaría una nueva perspectiva económica sin necesidad de  todo lo relacionado con lo biológico, desde el dióxido de carbono y el agua (fotosíntesis), el oxígeno y los genes hasta los alimentos, la bioquímica y la medicina. Una economía centrada en una tercera convergencia correctiva de la segunda: una economía tecnológica sin bio, la economía NIC (Nano, Info y Cognotecnologías).  

Información Complementaria: La Convergencia de las Tecnologías Exponenciales y la Singularidad Tecnológica.

sábado, 2 de mayo de 2020

Luego de la pandemia, la economía de las nuevas tecnologías.

La economía de pensamiento único en la cual lo económico predomina sobre lo político y el mercado soluciona todos los problemas del sistema en concurrencia con la competitividad y el libre intercambio, no puede dar en la actualidad respuestas a las demandas de una sociedad planetaria de 7.500 millones de habitantes. El intento histórico más reciente de romper con la inconveniencia actual de la economía partió de Nicholas Georgescu-Roegen, uno de los pensadores más notables y profundos de la economía moderna; él lanzó dos torpedos críticos a la economía vigente en sus libros Analytical Economics (1966) y The Entropy Law and Economic Process (1971), en los cuales centra las problemáticas económicas actuales en el divorcio entre las teorías económicas y el cumplimiento de las leyes de la naturaleza.
Para los economistas de pensamiento único todo es un ciclo de producción y consumo, pero para la naturaleza esto no constituye un ciclo, es sólo un gasto unidireccional de energía y recursos naturales no renovables en el tiempo que se consumen. En definitiva, él previó un mundo globalizado en el cual tanto la economía como el medio ambiente andarían a la deriva y que solo con la aparición de tecnologías capaces de transformar la naturaleza se podrían restituir las pautas perdidas y hacer posible la vida en la tierra. Es así como en 1973 surge la biotecnología moderna y en 1974 la nanotecnología. Las respuestas de ambas en áreas como la alimenticia, la energética, de la salud y el medio ambiente, paulatinamente fueron dando origen a sus respectivas economías, la bioeconomía y la nanoeconomía. Hoy podemos definir la bioeconomía real como una economía basada en la biotecnología, capaz de generar en tiempo y forma los recursos naturales renovables, con su acervo de 65 millones de genes, y la ingeniería genética, para dar respuestas a necesidades socioeconómicas, tales como la demanda de energía, alimentos, disminución de los gastos en salud y cuidado del medio ambiente, generando a su vez trabajo e ingresos en forma sustentable. La lógica de la palabra economía parece indicar una sucesión, luego de la macro y microeconomía, hacia una nanoeconomía; es decir, al estudio de la economía a partir del eslabón más pequeño, de lo cotidianamente pequeño, una economía centrada en el individuo y en las necesidades del acontecer económico diario. Resumiendo. Podemos presentar la nanoeconomía como una economía construida a partir de las necesidades del quehacer diario de los 7.500 millones de personas habitantes del mundo, en vez del resultado del accionar de países o empresas. Nada tan heterogéneo como dar respuestas a la economía diaria de 7.500 millones de personas, nada más complejo que la cantidad de combinaciones posibles de los átomos y moléculas existentes. Tal como lo hace la bioeconomía, capaz de subordinar la economía a leyes de la naturaleza;  la nanoeconomía subordina la construcción del mundo económico a las necesidades de cada uno de los individuos del planeta. Una construcción difícil, más aún cuando nunca se intentó “visualizar a todos” desde la economía de pensamiento único, pero posible y no más dificultosa que las construcciones nanotecnológicas hoy factibles y en continuo desarrollo. La bioeconomía y la  nanoeconomía a partir de su capacidad productiva van originado la economía de las nuevas tecnologías; desde el átomo y el gen hacia  una economía condicionada sólo por la naturaleza y las necesidades de los seres vivos.  Esto conduce a hacer viable lo inviable y que cada zona del planeta pueda desarrollarse y vivir armónicamente sin necesidad de contar con grandes recursos naturales. La reciente pandemia puso un stop a la globalización y también al incremento de la contaminación. Los países se cerraron, la producción masiva se paró, bajó el consumo de energía y hasta se nota una menor contaminación. La reciente pandemia puso un stop a la globalización y también al incremento de la contaminación. Es el momento para el desarrollo local, no globalizado. Las herramientas están, es el momento adecuado para pasar de la economía de globalización a la economía de las nuevas tecnologías centrada en la persona y la naturaleza.

 Lecturas complementaria:                                                                                                         Hacer viable lo inviable I., Hacer viable lo inviable II , Hemisferios. Ambiente y Sociedad.

viernes, 11 de agosto de 2017

Globalizar el conocimiento tecnológico.

La desaceleración global del crecimiento económico-comercial y un creciente giro hacia el populismo y nacionalismo a nivel mundial está anunciando el fin de la economía globalizada. Tal vez muchos comiencen a reflexionar sobre el hecho de que no todo  es economía de mercado y globalización, existe otro camino orientado hacia  el incremento de la productividad sustentado en las innovaciones provenientes de las tecnologías con crecimiento exponencial. Estamos en un planeta sacudido por mutaciones tecnológicas formidables y a la vez por grandes desórdenes económicos y el incremento de peligros ecológicos. Es hora que las leyes de mercado sean reemplazadas por las leyes de la naturaleza y sus aplicaciones tecnológicas. Es así como de la biotecnología y de la nanotecnología, ciencias-tecnologías integradas capaces de transformar la naturaleza, surgen la bioeconomía y la nanoeconomía. Economías orientadas en generar, en tiempo y forma, los recursos necesarios para dar respuestas a las crecientes necesidades humanas primarias, generando trabajo “in situ” y atendiendo las necesidades de la mayor cantidad de población posible[1]. Para que lo expuesto, no sea solo una expresión de deseo, es necesario el atesoramiento del conocimiento científico-tecnológico de vanguardia por una legión de innovadores con capacidad de aplicar las tecnologías convenientes en pos de solucionar las problemáticas locales y avanzar, desde allí, hacia las generales. La nueva economía o economía de las tecnologías se centra en la revolución que implica apropiarse del saber. Ha llegado la hora de globalizar el conocimiento tecnológico.  


sábado, 8 de julio de 2017

¿Bioeconomía real o globalizada?

El avance científico-tecnológico, sustentado por el desarrollo de modelos atómicos confiables en la primera mitad del siglo XX y, potenciado fundamentalmente por su crecimiento exponencial en los últimos 67 años, queda reflejado por el incremento del CO2 debido al megaconsumo de energía fósil inherente y por el incremento en el promedio de vida conducente a un aumento, en los últimos 67 años, de 5000 millones de habitantes en el planeta. Pasamos de 2500 millones en 1950 a 7500 en el año 2017 lo que pareciera indicar una floreciente la vida humana en la tierra. No obstante, si bien el avance científico-tecnológico produjo una mejora cuantitativa importante en cuanto al promedio de vida, con perspectiva a corto plazo de superar los 100 años, trajo aparejado graves problemas con tendencia a acelerarse: aumento desproporcionado de la población mundial, aproximación a la “carga máxima de la tierra” (10.000 millones de habitantes), fuerte incremento en la demanda de energía, alimentos y servicios de salud,  aumento de la contaminación en general producto de la mayor cantidad de habitantes y de la actividad del hombre, peligrosa acumulación de gases que conducen al calentamiento global, declive constante de la diversidad biológica ante la apropiación de más espacios físicos por el hombre, falta de trabajo, concentración de los recursos en pocos habitantes y un ascenso de lo irracional.  En el contexto planteado la economía de pensamiento único, en la cual lo económico predomina sobre lo político y el mercado soluciona todos los problemas del sistema en concurrencia con la competitividad y el libre intercambio, no puede dar respuestas a las demandas de la sociedad. De los 7500 millones de habitantes actuales, casi 1000 millones no pueden comer si alguien no le proporciona alimentos y 6000 millones están fuera de una vida garantizada.  El intento histórico más reciente de romper con la inconveniencia actual de la economía partió de Nicholas Georgescu-Roegen, uno de los pensadores más notables y profundos de la economía moderna; él lanzó dos torpedos críticos a la economía vigente en sus libros Analytical Economics (1966) y  The Entropy Law and Economic Process (1971) en los cuales centra las problemáticas económicas actuales en el divorcio entre las teorías económicas y el cumplimiento de las leyes de la naturaleza. Para los economistas de pensamiento único todo es un ciclo de producción y consumo, pero para la naturaleza esto no constituye un ciclo, es sólo un gasto unidireccional de energía y recursos naturales no renovables en el tiempo que se consumen. El auguró por lo tanto un gran fracaso en la economía mundial, fracaso evidente ante la cantidad, en tiempos cada vez más cortos, de  crisis económicas. Nicolás Georgescu-Roegen señalo como única solución posible la aparición de ciencias-tecnologías capaces de generar en tiempo y forma los recursos naturales necesarios para llegar a un nuevo tipo de equilibrio en la Tierra.
Paulatinamente, debido al incremento exponencial de las innovaciones tecnológicas, se avanza hacia un incesante aumento en la capacidad de producir en forma sustentable con posibilidades de dar soluciones alternativas altamente efectivas ante la inacción de la desbordada economía de mercado.

La bioeconomía real.
La biotecnología con su capacidad transformadora de la naturaleza aparece como la tecnología “prometeica“ buscada por Georgescu-Roegen en respuesta a las problemáticas planteadas por su economía física basada en la función entropía. Hoy podemos definir a la bioeconomía real como una economía basada en la biotecnología con la habilidad de generar en tiempo y forma los recursos naturales renovables, con su acervo de 65 millones de genes y la ingeniería genética, para dar respuestas a necesidades socioeconómicas tales como la demanda de energía, alimentos, disminución de los gastos en salud y cuidado del medio ambiente, generando a su vez trabajo e ingresos en forma sustentable.  
Pareciera ser que la mejora se orienta a un Plan B, centrado en avanzar hacia la Bioeconomía cuya base científico-tecnológica es la Biotecnología y su motor productivo es la Biofábrica transgénica. Decía Georgescu-Roegen “Si la vida es lo más importante, la economía debiera ser una rama de la biología y no la vida un apéndice de la economía como plantea la economía actual”.

La bioeconomía globalizada o de conveniencia.
Los países desarrollados engloban bajo la denominación de bioeconomía a la  actividad económica que se nutre de la investigación y la innovación en las ciencias biológicas, en un intento por mantener subordinada a la naturaleza a un contexto económico ficticio. Una bioeconomía de conveniencia para disfrazar la crisis mundial en la cual las medidas de política económica recomendadas fallan en forma sistemática ante el asombro de los propios economistas quienes ven cómo las recetas aprendidas en la mayoría de las universidades no funcionan.

¿Ahora?
Es el momento apropiado de avanzar con una bioeconomía tendiente a paliar el ocaso de la economía de pensamiento único en su carrera por continuar con la acumulación del poder en desmedro de la mejora cualitativa de la vida en la Tierra. 
Debemos distinguir las voces de los ecos, la incidencia productiva de la tecnología actual nos permite incursionar en  una economía moderna, centrada en las necesidades del hombre, en el respeto de las leyes de la naturaleza y en la optimización de sus recursos generosos. 


Lectura complementaria:

sábado, 25 de marzo de 2017

Para disminuir la pobreza...

La pobreza está estrechamente relacionada con la inapropiada distribución de la población, la posibilidad de acceso al conocimiento de avanzada, la distribución poco equitativa de recursos naturales y un grave deterioro del medio ambiente. Las nuevas tecnologías y la erradicación de la pobreza van de la mano para el desarrollo de un país y una mejor calidad de vida de sus habitantes. La nanotecnología y la biotecnología absorben inmensos presupuestos para realizar innovaciones revolucionarias lindantes con la ciencia ficción. El acceso a estas nuevas tecnologías puede ayudar a reducir la pobreza ya que acorta y disminuye barreras sociales, geográficas y económicas tanto de las personas en forma individual como de toda una comunidad. Las poblaciones con acceso a las tecnologías de avanzada tienen más oportunidades de lograr su desarrollo económico y social. En principio pareciera haber una contradicción entre las millonarias inversiones en las tecnologías de avanzada y la problemática de las personas que no tienen sus necesidades básicas cubiertas para acercarse o incorporarse a ese mundo. Debemos visualizar con claridad la inexistencia de otro camino. Los estados primero deben abordar la tarea de cubrir las necesidades más elementales de la población para luego implementar políticas de desarrollo humano tendientes a apropiarse de las herramientas tecnológicas más convenientes. La Escuela Técnica, en la Argentina, tal vez constituya el mejor ejemplo histórico de lo expuesto; hoy con un futuro incierto si no es capaz de generar las transformaciones curriculares necesarias para lograr con rapidez la expertis en las nuevas tecnologías. La bioeconomía y la nanoeconomía constituyen dos aportes fundamentales a la nueva economía tecnológica o economía de las tecnologías centrada en innovaciones con gran capacidad de dar respuestas a las necesidades humanas básicas en campos tan sensibles como la alimentación, la salud, la energía, la vivienda, la vestimenta, las comunicaciones, el trasporte y el cuidado del medio ambiente. Esta nueva economía constituye una respuesta al fracaso de la desgastada economía globalizada basada en las leyes arbitrarias del mercado; en cambio la economía tecnológica se fundamenta en las leyes de la naturaleza y en la posibilidad de generar en tiempo y forma los recursos necesarios para hacer posible la vida en la tierra.



Lectura complementaria:
Bioeconomía & Nanoeconomía.
Educación, tecnología y pobreza.